viernes, 16 de octubre de 2009

Ese otro lado...

Cuando haya crecido y cuando la razón me diga de la sin razón , saltaré al vacío de la aventura.
Antes de ello, miraré hacia abajo, para asegurarme ver el azul del mar.
No caería para golpear con algo duro, sino para entrar en el refugio de los peces. Ellos no saben de mi tristeza y me estarían esperando. Serían mis amigos multicolores, como la vida misma. Nadaría pues, entre ellos un buen rato, hasta sacar la cabeza para respirar. Luego de nuevo me sumergiría, serpenteando hacia lo profundo, para tocar los corales y sentir lo áspero de lo desconocido. Lo intentaría vivir para poder palpar ese otro lado de la vida, sin perder la conciencia de que deseo volver a lo mío de siempre. Me da seguridad, lo necesito.

Una vez fuera del agua continuaría viviendo, pero con el conocimiento de que no sólo de tierra vive el hombre.

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