viernes, 23 de octubre de 2009

A mí no

La reina madre gozaba entre los micro terruños que componían su altar. Fieles servidoras continuaban trabajando, quizá para ser derruídas por alguna tormenta casual.
Así de frágil percibí mi castillo, cuando me golpeó el azar con esa poderosa capacidad de deshacer en un segundo los momentos felices. Desde ese día, miro con más respeto a esas cúpulas estratégicamente construídas por cientos de nobles adeptos a la dueña y señora de los campos.
Claro, siempre y cuando no se coman las flores de mi jardín.

Espejo

Lo encontré paseando por una calle oscura. La luz de una ventana dio en su rostro lo suficiente como para reconocerlo. Era el "Chafa" mi compañero de liceo! Su fruncido ceño teñido de un aparente dolor, me disparó interrogantes,¿en qué estaría pensando, o qué estaría pasando por su mente para tener ese gesto pesadumbroso ? Mi frustrada carrera detectivezca me cargó de subjetivo análisis, probablemente disparatado.
-Imposible de adivinar- me dije, hacía tanto que no lo veía, habían pasado casi veinte años, ¿cómo entonces elaborar una hipótesis sobre su supuesto pesar?

Desapareció al dar vuelta la esquina, y yo continué mi marcha, mientras sospechaba que no iba a develar esa incógnita. También me reí de mí misma por esa dosis de fisgoneo hurgador.
Esto pasó ya hace unos meses, y todavía a veces, pienso qué habrá sucedido en su vida para haberse sentido atormentado esa noche casual. Ipso facto comienzo a preguntarme qué habrá sido de mí, y porqué podría interesarme escarbar en otras tristezas...