jueves, 17 de junio de 2010

Los miedos

En clase de Guión nos hicieron reflexionar a través de un ejercicio e intentar escribir sobre nuestros miedos. Pasé un buen rato frente al monitor en blanco.
Lo primero que me venía a la mente: “no soy especialmente miedosa". Hasta que me pregunté dónde los tenía escondidos que no los podía encontrar. ¿Cómo no iba a tenerlos?
¿Me las traía de viva acaso?
Al racionalizarlo (vaya paradoja), me encontré con varios…

- Miedo a lo imprevisto, a lo que no pueda manejar, dominar. A aquello que como consecuencia azarosa, me obligue a tener que sacar fuerzas de donde sea para superarlo. Y acá iría una larga lista que da pereza escribir.

- Miedo frente a la duda, cuando no estoy segura de algo, me enojo conmigo misma, y la inseguridad me molesta: la traduzco a miedo.

- Miedo al quietismo, a la inercia, a la pérdida de interés por las cosas.

- Miedo a caer en banalidades, las cuales critico en los demás. A caer en alguna de ellas sin darme cuenta, empujada por la sociedad actual, que muchas veces la veo vacía, autómata, materialista.

- Miedo cuando me pregunto (al no ser creer en un Dios), qué hubo antes del Big Bang, al concepto de “infinito”. Miedo a NO poder racionalizar lo que es parte del misterio de la vida.

- Miedo de perder la seguridad en mí misma, el “poder” de control.

- Al paso del tiempo y no lograr acomodarme a ello, cuando veo al final de mi vida a mi madre, enojada con la vejez, no asumiéndola…

- Miedo a lo efímero que es el presente. A lo rápido que vuela el tiempo. A cuando pienso en el pasado y por momentos me arrepiento de algo (y me enoja), entonces, me repito: “el pasado no existe”. Y es verdad, por lo que me da miedo cuando recaigo en ello, a pesar de saberlo un pensamiento estéril.

- A perder la capacidad de disfrute, de reír fuerte, de sorprenderme, de ser curiosa. El paso del tiempo apaga de a poco la espontaneidad. Nos vuelve a veces demasiado introspectivos.

- Miedo a no darle la justa medida a las cosas.

- A cuando me brotan ideas creativas en la pintura, y me proyecto que voy a hacer esto y/o aquello, y después me quedo paralizada, pasa el tiempo y sigo sin hacerlo…

- Miedo por ser tan orgullosa, y eso que me vanagloriaba de serlo...

- A caminar en la oscuridad de noche, por el centro de la ciudad donde salen figuras extrañas a deambular, con rostros desconocidos, sospechosos. Miro hacia atrás y camino lo más rápido que puedo a mi auto (banal, pero inevitable en estos tiempos).