viernes, 25 de septiembre de 2009

A mi amiga

EL barco alquilado tenía en la proa, un lugar donde nos recostábamos a tomar sol mientras íbamos navegando mar adentro, cercados por las fantásticas montañas volcánicas de la isla Santorini. Guardo desde entonces en mis retinas, el color rojizo de la roca y la gloriosa altura que parecía querer protegernos de cualquier avatar de la naturaleza que intentase aparecer de golpe.
En ese ambiente distendido, de sol y vacaciones, Gisela nos comenzó a contar los acontecimientos de la trágica vida de su hermano. Los elementos que iba develando de la historia, nos hacía escuchar perplejas.
Luego de recorrer la isla, cuando ya estábamos partiendo hacia otros islotes, se acercó Gisela a preguntarme si me había percatado del hombre que estaba en el muelle al volvernos. Le comenté que no había prestado atención a eso. "Era rubio", me comentó, "de aspecto alemán y con una sonrisa muy agradable". Me impactó cuando agregó que lo había encontrado sumamente parecido a su hermano. Cuando me dirigía esa noche a mi camarote, veo en el mástil un nombre grabado. Decía "Meissner" y era el apellido de mi amiga. Por el resto del viaje agucé mis sentidos a ver si volvía a pasar algo extraño pero nada fuera de lo común me llamó la atención.

Mi amiga a la vuelta me comentó que había sentido a su hermano cerca de ella durante todo el viaje. Allí le conté lo del nombre y las dos nos quedamos en silencio, pensando que a veces se generan sin duda, extrañas coincidencias,

De la serie "On the road" (1)

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