jueves, 1 de julio de 2010

Tiró al blanco Pollock




















Me pregunto el porqué de los ¿porqué?
Y...porque sí, porque  las cosas no son de determinada manera de pura casualidad. Lo racional pega contra lo subjetivo, le dispara con un cañón, la bala pesada y pensada, bien dirigida, da en el blanco y destroza emociones, dejándolas por ahí tiradas por mil lados, sangrando. Hasta en los lugares más inverosímiles quedan esquirlas incrustadas Duele al quitarlas, a veces es mejor hacerlo uno mismo,  así al dolor lo vamos monitoreando.
Las juntamos en pedacitos para intentar pegarlas con algún elemento de ocasión que tengamos en el hogar.
A veces encontramos un elemento que une perfectamente las minúsculas piezas y no se notan las rajaduras, y otras, tenemos que hacer un "engrudo" casero con harina y agua: allí  se ven entonces, ciertas imperfecciones, es humano después de todo.
Pero no casual. La intención siempre nos acompaña.
No conviene olvidarlo, forjamos un camino que elegimos. - y si es al azar -, igualmente seremos responsables de sus consecuencias, de qué hacemos con lo que nos sucede frente a lo imprevisto.
¿Vamos a dejar que alguien nos dirija, nos diga que tenemos un destino prefijado, o le vamos a buscar la vuelta a los aconteceres para ser dueños de nosotros mismos?
Prefiero lo segundo, sin duda alguna.
El intento de pegar los pedacitos lo tenemos que hacer. ¿Porqué? Porque sí. Punto.

Hay quienes no, - cada cual trabaja los restos de sentimiento y pólvora a su manera -, y es comprensible, es difícil unir las piezas de forma prolija, con esmero y devoción, hasta lograr la armonía esperada con cada uno de los adminículos invisibles que poseemos.
Hay que tener el deseo de hacerlo, buena manualidad y voluntad por sobre todo.
Yo intento tener en casa un buen "Poxipol", pues además, la mayoría de las balas que se disparan salen de mis propias inseguridades, de mis miedos, del legado de mi infancia, de mí , y de nadie más.
Así que a pegar y dejarme de jo...
Y a pintar...que es casi mejor que andar pegando pedacitos de almas rotas.

Jackson Pollock, qué mejor que una pintura de este genio explosivo de su "Action Painting" para honrar a la creatividad que parte de los sentimientos y las emociones.
Vivió con  profundidad su amor por el arte y su porqué nunca fue difuso. No fue casual una sola gota de pintura sobre sus telas y lienzos...no había accidentes, cada rastro de pintura y color tenía un sentido.

2 comentarios:

  1. Este texto es reflexivo pero con ganas de acción. me encanta!beso

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  2. Me gusta Pollock, me gustan tus palabras y soy de las que piensan que si bien no es posible arreglar a la perfección el "jarrón roto", vale la pena el intento (hay que andar siempre con POXIPOL en mano,como bien dijiste)
    SIGAMOS REJUNTANDO PEDAZOS PUES!

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